Están promoviendo un nuevo absolutismo radicalmente antidemocrático

El PSOE y Podemos no creen en la democracia: lo que apoyan es una dictadura de la mayoría

El golpe de Sánchez a la independencia judicial ha servido para desenmascarar ideológicamente al PSOE, a Podemos y a sus aliados separatistas.

El Tribunal Constitucional frena el golpe de Sánchez a la independencia judicial en España
El golpe de Sánchez a la Justicia en España es una copia de lo que hizo Chávez en Venezuela

El PSOE y Podemos copian los disparates de sus aliados separatistas

Lo que hemos visto en las últimas horas es a dirigentes del PSOE asumiendo sin más los disparates pronunciados por los separatistas para justificar el golpe de 2017 en Cataluña (y no cito a Podemos porque el partido de ultraizquierda lleva años defendiendo esos disparates). Repiten como loros las mismas falacias y barbaridades que ya les escuchamos a personajes como Puigdemont y otros, unos mensajes que provocan vergüenza ajena y cuyos autores demuestran tener la misma cultura democrática que tipos como Lenin o Mussolini, es decir, ninguna.

La idea central del discurso es la misma: como tenemos la mayoría, podemos hacer lo que nos dé la gana y nadie tiene derecho a detenernos. En esa línea van sus mensajes deslegitimando al Tribunal Constitucional y al Poder Judicial por no haber sido elegidos de las urnas, a pesar de ser instituciones que forman parte de nuestro ordenamiento constitucional porque los españoles lo decidieron por una abrumadora mayoría en el referéndum de 1978.

No hay democracia sin respeto a las minorías y a las normas de convivencia

A decir verdad, lo que la izquierda está defendiendo tiene muy poco que ver con la democracia. Una democracia no consiste simplemente en votar a tus representantes cada 4 años y que hagan con tu voto lo que les dé la gana, como si el hecho de haber sido elegido en unos comicios te convirtiese en el titular de una forma contemporánea de absolutismo. Una democracia no es sólo el gobierno de la mayoría, sino el sometimiento de esa mayoría a unas normas de convivencia, que amparan a las minorías frente a cualquier abuso de poder que la mayoría pueda cometer contra ellas.

El TC ha cumplido la función que le encomendaron los españoles en referéndum

El pilar de esas normas de convivencia es nuestra Constitución, en el caso de España. Esa norma fundamental no sólo recoge los límites del ejercicio de los tres poderes -ejecutivo, legislativo y judicial-, sino también sus respectivas competencias y la forma de resolver los posibles conflictos entre ellos. La Constitución, aprobada en referéndum por los españoles, asignó la resolución de esos conflictos al Tribunal Constitucional, y entre sus funciones no sólo está frenar los abusos de poder a posteriori, sino también impedirlos a priori.

Es lo que el TC hizo en 2017 cuando prohibió la tramitación de un referéndum separatista ilegal en el Parlamento catalán. Y es lo que el TC volvió a hacer ayer al frenar una reforma inconstitucional con la que el poder legislativo ha pretendido asaltar al poder judicial. Y es que el hecho de haber sido elegida en unas elecciones no da derecho a una mayoría parlamentaria a saltarse la Constitución. Lo insólito y escandaloso no es que el TC haya impedido por primera vez tramitar una propuesta legislativa en las Cortes, sino que la mayoría parlamentaria decidiese saltarse la Constitución.

Han intentado imponernos una dictadura de la mayoría

Lo que pretendía hacer la izquierda con su golpe a la independencia judicial era un acto radicalmente antidemocrático, y demuestra que el PSOE, Podemos y sus cómplices en este golpe no creen en la democracia, por mucho que se llenen la boca presumiendo de demócratas y que insistan en tachar de "fascistas" a todos los que no opinan como ellos. Lo que han intentado imponernos es una dictadura de la mayoría, que es algo radicalmente opuesto a la democracia, por mucho que sus promotores hayan sido elegidos en unas elecciones. Quienes opinan así creen que ser un legítimo representante de los ciudadanos convierte automáticamente en legítimas todas sus decisiones. Y no es así.

Basta con repasar la historia. En 1933, el mundo asistió a un caso en el que un Parlamento salido de las urnas aprobó leyes racistas, ilegalizó a la oposición y concentró todos los poderes del Estado en una sola persona: Adolf Hitler. A juzgar por las barbaridades que están profiriendo algunos en las últimas horas, debe parecerles legítimo que los nazis hiciesen todo lo que hicieron porque, al fin y al cabo, habían ganado las elecciones. Obvia decir que por mucho que ese régimen criminal saliese de unas urnas, lo que hizo convirtió a Alemania en algo totalmente opuesto a una democracia: una dictadura de la mayoría.

La izquierda cree que la mayoría le otorga un poder absoluto

Es escalofriante pensar que a día de hoy en España tenemos políticos, periodistas, medios de comunicación y académicos que comparten la aberrante idea de que tener la mayoría te otorga un poder absoluto para aprobar lo que te dé la gana, liquidando la separación de poderes y pasando por encima de los derechos fundamentales y de las normas constitucionales.

Asusta pensar que las aberraciones ideológicas que sirvieron de trampolín a los nazis están reapareciendo en España disfrazadas de "progresismo", intentando que creamos que lo genuinamente democrático es cargarse los pilares de la democracia y llamando "golpistas" a quienes precisamente intentan frenar ese ataque al Estado de Derecho. Esto demuestra a qué extremos se ha llegado en España por las contantes concesiones a la izquierda, por el constante empeño en apaciguarla y en ceder a sus caprichos para que no señale a los demás con el dedo. Ya basta. Tenemos una izquierda malcriada y caprichosa que, a base de rabietas, ahora quiere destruir la convivencia entre españoles y nuestro sistema democrático para perpetuarse en el poder. No podemos permitírselo.

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Foto: AFP.

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Comentarios:

  1. Otromas

    Preclaro artículo. Lo pavoroso es que, efectivamente, llevamos años viéndolo venir y muchos no han querido enterarse. No hacía falta ser muy listo, bastaba con recordar la historia…

  2. FaramirGL

    Normal. Un comportamiento absolutamente NORMAL y previsible en cualquier socialista. El socialismo es totalitario, conflictivo y excluyente por definición.

    Lo que no es normal es que permitamos la existencia de organizaciones reiteradamente golpistas como el PSOE o ERC en nuestra democracia. O partidos comunistas como Podemos, Bildu (que se declaran comunistas, aunque son nacional-socialistas, más bien) o el el BNG (también nacional-socialistas).

  3. wladimir

    estoy de acuerdo…

    que todo estas ambiciones politicas del Regimen Sanchista de PSOE-Podemos ya se retiro la careta democratica…y ahora esta mostrando su verdadero y horrendo rostro antidemocratico y totalitario…

    para el PSOE ya conocemos sus antecedentes historicos y sabemos que en ellos estos planes no son nada nuevo..ademas ahora cuenta con viejos como ellos y nuevos aliados en sus oscuras ambiciones de instalar no un gobierno progresista que defienda las minorias…no,sino mas bien una dictadura de las Mayorias totalitarias de corta ultra izquierdista…

    y lo que ha estado haciendo en estos padados dias son solo pasos,escalones en este tenebroso y antidemocratico proposito..que por ahora ha sido detenido…

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