Renato Cristin apunta ciertas claves sobre lo ocurrido en las últimas elecciones

Un interesante análisis desde Italia sobre la situación actual del centro-derecha en España

Estamos acostumbrados a que muchos analistas nacionales y extranjeros se aproximen a la realidad española con puntos de vista distorsionados.

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Es por eso que me llama la atención leer algo tan realista y tan bien argumentado como un artículo publicado por Renato Cristin el 29 de agosto en L'Opinione delle Libertà, un medio liberal-conservador italiano. Cristin, nacido en 1958, es profesor de Hermenéutica Filosófica en la Universidad de Trieste y ha sido director del Instituto Cultural Italiano en Berlín y director científico de la Fondazione Liberal.

En marzo de 2022, la Fundación Disenso (vinculada a Vox) publicó un interesante ensayo de Cristin sobre los retos del liberalismo conservador. Así mismo, es el coautor del libro "Reflexiones sobre una nueva derecha", publicado recientemente junto a Vanessa Vallejo, Agustín Laje y Francisco José Contreras, un libro de referencia para la derecha liberal-conservadora en los países de habla hispana.

En el citado artículo de L'Opinione delle Libertà (podéis leer aquí una traducción automática al español), Cristin habla sobre el fracaso del centro-derecha (respecto de sus expectativas) en las elecciones generales del 23 de julio en España y se distancia de los analistas que atribuyen lo ocurrido al derechismo de Vox. Sobre la pérdida de 620.000 votos por parte de este partido, en relación a las elecciones generales de noviembre de 2019, Cristin señala:

"Hay dos causas principales de esta hemorragia y del consiguiente fracaso del centroderecha. La primera es atribuible al PP, que no trató a Vox como un aliado sino como un competidor, lo que en el sistema proporcional es formalmente admisible, pero esencialmente incorrecto cuando para gobernar se requiere una coalición para obtener la mayoría absoluta de escaños. Nada aleja y desincentiva más a los votantes que la impresión de discordia entre partidos que deberían gobernar juntos, y la traicionera apelación al voto útil, que el PP ha utilizado como garrote contra su aliado potencial".

Cristin también cree que Vox tiene parte de responsabilidad en ese resultado que rebajó su base electoral de 3,6 a 3 millones de votantes:

"La segunda causa es la de Vox, que ha perdido consenso porque no ha sabido actuar como polo de atracción de las distintas orientaciones que forman el variado frente de la derecha española, no creando entre ellas el equilibrio necesario para ampliar el consenso, y porque este desequilibrio interno ha puesto de relieve una tensión entre la derecha social y revolucionaria y la derecha liberal y conservadora, con un claro giro a favor de la primera, lo que no es apreciado por una parte del partido y no es bienvenido por una parte del electorado. Los simpatizantes de la derecha hoy, en casi toda Europa, quieren un partido atlantista, que no muestre la más mínima connivencia con Rusia, que es el claro enemigo de Europa; un partido que ejerza una crítica constructiva hacia la UE, conscientes de que la UE es el contenedor de las naciones y pueblos europeos, y que es deber de la derecha europea comprometerse plenamente a dar a la UE una forma y un contenido dignos de la tradición e identidad de estas naciones y pueblos".

Cristin atribuye la dimisión del antiguo portavoz del grupo parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, a un "desacuerdo con esa tendencia antiamericana, encubiertamente prorrusa y claramente crítica con la OTAN, que cada vez gana más espacio en el partido y a la que Santiago Abascal, aunque no lo comparte, parece incapaz de oponerse". El caso es que el propio Espinosa alegó motivos familiares para su dimisión, por lo que esta parte del análisis, como los que han hecho otros autores dentro y fuera de España, se basa en una suposición.

El profesor italiano señala que "Vox quedó atrapado en el doble ataque, aunque de distinta naturaleza, procedente de la izquierda y del centro". Cristin, reconociendo que la sociedad española está más inclinada que la italiana hacia la izquierda, sugiere para España una coalición como la que llevó a Giorgia Meloni a ser primera ministra de Italia.

Personalmente soy escéptico y reacio al respecto ante la idea de esa coalición. Soy escéptico porque, a pesar de la primera reunión pública celebrada hoy entre Feijóo y Abascal, exhibiendo una buena sintonía (ojalá hubiésemos visto algo así hace tres meses), entre el PP y Vox sigue habiendo importantes diferencias. Y también soy reacio porque, conociendo al PP, una coalición así podría ser una forma de fagocitar a Vox, un partido cuya existencia es muy necesaria en España, precisamente por la deriva hacia el centro-izquierda que viene sufriendo el PP.

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Foto: Vox Congreso.

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Comentarios:

  1. wladimir

    interesante…

    y yo tambien pienso igual…de haber algun tipo de coalicion PP-VOX eso seria perjidicial porque al acabar absrobiendo el PP a VOX terminaria con la unica alternativa que queda en España que pueda contrapesar ese desbalande politico de la Izquierda del PSOE-Podemos y la centro izquierda del PP..

    aqui lo que deberia haber es una autentica aliazna de partidos de derechas similares a VOX que unidos den el balance adecuado al Regimen…

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