Bayona: la Casa de Pedro Madruga

El domingo me aventuré en unas ruinas que he visto muchas veces desde mi infancia, pero sólo desde lo alto del Baluarte de la Concheira, en la zona meridional de las murallas del Castillo de Monterreal, del que os hablé aquí el 30 de marzo.

Como ya os conté en aquella entrada, en 1497 los Reyes Católicos otorgaron una carta-puebla para que 200 vecinos de Bayona se instalasen en el interior de esa fortaleza, en lo que pasó a conocerse como la villa de Monte-Real. Esta villa, situada en la zona meridional del castillo, llegó a tener 650 habitantes en sus mejores tiempos. A ella se accedía desde la Puerta del Sol:

Por esta puerta me adentré para llegar a la Casa de Madruga. Eso sí, el poblado que había en el interior del castillo ya había venido muy a menos a comienzos del siglo XVII, quedando sólo 250 vecinos. En 1656 Juan Feijóo de Sotomayor, maestre de campo y gobernador militar de Bayona, ordenó destruir 400 casas que había en el interior de las murallas, a fin de mejorar la defensa de la fortaleza. Una vez pasada la citada Puerta del Sol, en vez del antiguo poblado lo que te encuentras hoy, una vez pasada una pequeña rampa, es con esto:

Echando de menos mi cayado, me metí en este bosque en dirección Oeste, buscando las ruinas de la Casa de Madruga, construida en la segunda mitad del siglo XV, cuando aún no existía la antigua villa de Monte-Real, a la que curiosamente sobrevivió el viejo caserón. Después de tantos años viendo sólo la casa desde arriba, por fin conocí su fachada:

La vieja mansión señorial está rodeada por la vegetación, como puede verse en esta foto de su cara occidental:

Justo al lado hay una puerta enrejada por la que se accede al Baluarte del Medio (hoy invadido por la maleza):

El interior de la casa es un completo desastre. En sus lados hay lo que parecen abrevaderos; me dijo un pintor que estaba tomando apuntes allí cerca que en su momento la casa llegó a usarse como caballerizas:

Hay que recordar que esta casa se conoció también como Almacén de Madruga, pues en ella se guardaban granadas, pólvora y balas de cañón para las baterías de artillería del castillo. Sin embargo, al entrar en la segunda estancia del edificio no queda lugar a dudas sobre su verdadera naturaleza:

Como podéis ver en la esquina, del lado de la muralla, hay una chimenea hoy abrigada por la hiedra. ¿Sería éste el sitio en el que pasaba el rato el sanguinario Conde de Camiña?

En el exterior de la casa me encontré con una visión muy triste. De lejos parecía que había montañas de piedras, pero no: eran restos apilados de las antiguas construcciones que había en el interior del castillo:

Obras arquitectónicas de gran belleza yacen ahora apiladas como si fuesen basura, una pena:

Y en fin, os dejo aquí con la serie de fotos que hice del caserón y de sus alrededores. Por si algún día queréis visitar estas ruinas en el interior del Castillo de Monterreal, os dejo aquí su ubicación en Google Maps.

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