En el mundo hay muchas bases militares abandonadas, pero es muy poco frecuente encontrar una en la que aún puedes ver un avión de combate.
La Isla de Sajalín, situada en el Mar de Ojotsk (en el noroeste del Océano Pacífico), estuvo disputada durante varios siglos por Rusia, China y Japón. En 1855, rusos y japoneses se repartieron la isla, y 20 años después firmaron un tratado por la que quedó en manos de Rusia. Tras la derrota rusa en la Guerra Ruso-Japonesa de 1905, Japón volvió a ocupar la parte sur de la isla. En 1945, la URSS invadió la parte japonesa de Sajalín al final de la Segunda Guerra Mundial.
Durante el dominio japonés en el sur de la isla, el Ejército Japonés construyó un aeródromo, el de Keton. Después de la ocupación soviética, ese aeródromo se convirtió en la base aérea de Smirnykh, albergando tres unidades de bombarderos Tupolev Tu-2 y un regimiento de cazas, el 528, que fue equipado sucesivamente con distintos aviones de combate.
Tras la caída de la dictadura soviética y la reducción de sus efectivos militars, en 1994 el regimiento de cazas de Smirnykh fue disuelto, y sus MiG-23ML fueron trasladados a Khurba, en la Rusia continental, para ser almacenados y posteriormente desguazados. A pesar de ese traslado, en Smirnykh permanecieron dos MiG-23, un monoplaza y un biplaza de entrenamiento. Hoy en día continúa allí el primero de ellos, alojado en el Hangar 211 y bastante destrozado. El canal NashOstrov publicó hace un mes un vídeo explorando esta base y mostrando ese caza (el vídeo está en ruso, puedes activar los subtítulos automáticos en español en la barra inferior del reproductor):
Podéis ver a continuación algunas capturas del vídeo. Aquí vemos las ruinas de un acceso lateral de uno de los hangares de Smirnykh.
El interior de uno de los viejos hangares, bajo una nevada.
El Hangar 211, donde se encuentra el último avión de esta base abandonada.
El MiG-23 dentro de su antigua guarida. Este modelo hizo su primer vuelo en 1967 y entró en servicio en la Fuerza Aérea Soviética en 1969. Tras la caída de la URSS, varios cientos de MiG-23 fueron almacenados, mientras que los restantes fueron transferidos a antiguas repúblicas soviéticas.
Este MiG-23ML presenta un estado lamentable. Le falta el morro y el radar que estaba dentro de él. También han desaparecido la carlinga y el tren de aterrizaje delantero.
El avión aún luce en su deriva el diseño de la estrella roja de la Fuerza Aérea Soviética. La Fuerza Aérea de Rusia ha mantenido este símbolo comunista, pero ribeteándolo en blanco y azul.
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Comentarios:
wladimir
interesante…
este avion para algun interesado con dinero seria un curioso y costoso trabajo de restauracion historica…
9:10 | 15/12/22
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