España e Hispanoamérica no sufrieron los desastres de la Segunda Guerra Mundial, pero antiguos territorios españoles sí los padecieron.
Concretamente, las Filipinas, Guam y otras antiguas posesiones españolas en el oeste del Pacífico fueron invadidas por los japoneses durante aquella guerra. Concretamente, Filipinas vivió una brutal ocupación japonesa entre 1942 y 1945, durante la cual murieron más de medio millón de filipinos, la mayoría de ellos (más de 300.000) a causa del hambre, y los demás a causa de los combates, las masacres perpetradas por los japoneses y las duras condiciones de los trabajos forzados a los que muchos nativos fueron condenados.
Una de las mayores batallas de la guerra en Filipinas tuvo lugar en Manila en 1945. Duró justo un mes, iniciándose el 3 de febrero de ese año y concluyendo el 3 de marzo con la derrota de los japoneses frente a las fuerzas militares de EEUU y a los guerrilleros filipinos. La batalla fue devastadora: murieron 100.000 civiles, muchos de ellos víctimas de masacres japonesas perpetradas en iglesias, escuelas y otros lugares. Los japoneses también utilizaron a mujeres y niños filipinos como escudos humanos, asesinando a aquellos que lograban sobrevivir.
Uno de los episodios más duros de esta batalla tuvo lugar en la parte de la ciudad conocida como Intramuros, que conservaba edificios históricos de la época española. Miles de soldados, marinos e infantes de marina japoneses se habían atrincherado allí, por lo que ese histórico lugar vivió unos combates durísimos, en los que las fuerzas estadounidenses acabaron recurriendo a un bombardero de artillería para liquidar la resistencia de las fuerzas niponas. Ya sólo en la zona de Intramuros murieron más de 16.000 militares japoneses.
De todos los edificios históricos que había en la zona de Intramuros sólo quedó intacto el 5%. El 40% del perímetro de las murallas de Intramuros resultó destruido. El único edificio de Intramuros que sólo resultó dañado (concretamente en su techo) fue la Iglesia de San Agustín, de finales del siglo XVI, pero el monasterio adyacente fue destruido.
Uno de los lugares que fueron protagonistas en aquella batalla en Intramuros fue el Fuerte de Santiago, construido entre 1590 y 1593 por orden de Miguel López de Legazpi, primer Capitán General de las Filipinas. Situado en el extremo noroccidental del recinto de Intramuros, era la más importante fortaleza de la ciudad y el lugar de partida del famoso Galeón de Manila, que comunicó la capital de Filipinas con la ciudad de Acapulco, en el actual México, desde 1565 hasta 1821.
El Fuerte de Santiago tenía un perímetro de más de 600 metros. Con forma triangular, su parte norte discurría a orillas del río Pasig, y su entrada principal estaba protegida por un foso. Debido a su forma, disponía de tres bastiones: el medio baluarte de San Francisco (entre el río y el foro, al este), el baluarte de San Miguel (al sur) y el baluarte de Santa Bárbara (el de mayor tamaño, al oeste). Junto a este último estaba la falsabraga de la Media Naranja, donde se situaban las mazmorras.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los japoneses aprovecharon las antiguas mazmorras españolas para encarcelar a cientos de prisioneros de guerra americanos: 600 de ellos murieron durante el cautiverio, por hambre y por asfixia, después de ser hacinados en un espacio muy reducido. Además de ellos, los japoneses asesinaron a 1.000 civiles que tenían como rehenes, liberando finalmente a otros 3.000.
El asalto a Intramuros por parte de los aliados se inició el 23 de febrero. Los combates duraron tres días en ese recinto. De las ocho puertas de Intramuros, dos sufrieron graves daños. Así mismo, la puerta principal del Fuerte de Santiago resultó muy dañada cuando los aliados lo asaltaron con tanques Sherman. Una famosa foto del asalto muestra a uno de esos tanques penetrando por la puerta destrozada.
Después de la guerra, el Fuerte de Santiago y el resto del recinto de Intramuros fueron reconstruidos, en la medida de lo posible. También se reconstruyó el monasterio de la Iglesia de San Agustín. La reconstrucción llevó décadas, pues casi toda la ciudad de Manila quedó arrasada. La que había sido una de las ciudades más bellas de Asia, el fruto de tres siglos de presencia española, quedó en ruinas.
Hoy el Fuerte de Santiago es uno de los lugares históricos más importantes y visitados de Manila, convirtiéndose en un lugar para el recuerdo de los que allí sufrieron los efectos de la guerra y de los crímenes japoneses. Podéis encontrar más información sobre él en su web oficial.
Bajo estas líneas podéis ver la ubicación de esta fortaleza en Google Maps.
---
Foto principal: Intramuros Administration.
No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico: |
Comentarios:
wladimir
interesante…
2:54 | 27/05/23
Opina sobre esta entrada: