Así es como intentan demonizar la defensa de la vida humana en edad prenatal

Aborto e izquierda: un extremismo perverso que llama 'extremistas' a quienes lo rechazan

La izquierda tiene una larga experiencia intentando expulsar del juego democrático a aquellos que no opinamos como ella.

Algunas verdades sobre el aborto que nunca podrá cambiar ningún tribunal
Del aborto a la ideología de género: los disparates anticientíficos de la izquierda

El País omite la violencia izquierdista al hablar sobre el extremismo

Este domingo, el diario socialista El País publica un artículo en el que intenta justificar por qué llama "ultra" a un partido democrático y conservador como Vox, pero no a un partido comunista como Podemos. Además de mentir con descaro sobre Vox, el artículo pasa por alto la característica que más retrata a los extremistas: la justificación de la violencia contra quienes no opinan como ellos. La omisión no es accidental: Vox nunca ha justificado la violencia, de hecho es ese partido el que más está sufriendo toda clase de agresiones de la extrema izquierda. Agresiones que ministras de Podemos han justificado, acusando a los agredidos de "provocar".

El diario proaborto afirma que rechazar sus dogmas es antidemocrático

En uno de los puntos más pasmosos del artículo, El País afirma que "Vox no es un partido democrático" e intenta justificar esta mentira mintiendo sobre él, y también con la siguiente afirmación: "Vox quiere imponer a todos los ciudadanos sus concepciones morales sobre aborto, eutanasia o matrimonio homosexual". El País no indica dónde se refiere Vox al mal llamado "matrimonio homosexual", pero por lo demás, la afirmación es una clásica falacia izquierdista, que consiste en acusar a los que discrepamos de los dogmas de la izquierda de querer imponer nuestra moral a la sociedad, una imposición que la izquierda hace con sus dogmas de forma constante.

La izquierda se cree con derecho exclusivo a imponer su moral

Esa falacia consiste en presentar los dogmas izquierdistas como algo que no tiene ninguna implicación moral, pero es mentira. Cuando un político promueve una ley, lo que hace es impulsar una norma para establecer lo que está bien y lo que está mal, y el que viola esa ley -a diferencia de lo que ocurre en las religiones- no es un mero pecador, sino que puede ser catalogado como un delincuente y ser perseguido con todos los recursos del Estado. Así que cada vez que la izquierda aprueba una ley, lo que hace es imponer su moral a todos.

La diferencia es que la misma izquierda que se cree legitimada para hacer eso, en virtud de su complejo de superioridad, niega que los demás tengan el mismo derecho si obtienen la mayoría necesaria. Así pues, la izquierda considera que hay "democracia" cuando ella tiene una facultad exclusiva para imponer su moral, pero no cuando la tienen los demás.

Los disparates anticientíficos de la izquierda sobre el aborto

El caso del aborto es un ejemplo brutal de ese sectarismo izquierdista. El aborto consiste, en términos científicos, en el acto de matar a un ser humano en su etapa prenatal. Y es que la ciencia demuestra que la vida humana empieza en la concepción, que es cuando inicia su desarrollo un nuevo ser humano con una identidad genética propia y distinta de la identidad genética de sus progenitores.

Sin embargo, hace once años El País tachó de "anticientíficos" a los que a los que rechazamos el aborto, y lo hizo mediante una afirmación rotundamente falsa: "El momento en que puede considerarse humano un ser no puede establecerse mediante criterios científicos". El propio diario proaborto contradijo esa afirmación dos años después, afirmando: "Desde la concepción hasta que cumple dos años, una persona sufre las mayores transformaciones de su vida".

Defender como algo legítimo el acto de matar a seres humanos inocentes e indefensos en el vientre materno suele dar lugar a contradicciones como ésas. Por ejemplo, en 2011 El País tachó el aborto de "barbarie" y "asesinato", pero sólo cuando se trata de abortos selectivos de niñas. Por otra parte, ese mismo diario proaborto que cuestiona la humanidad de los seres humanos en su etapa prenatal, en 2013 califó como "tortugas" a los huevos de tortugas. Esto es lo que pasa cuando se aborda un debate prescindiendo de la lógica y del pensamiento científico.

Hay imposiciones morales justificadas y otras que son aberrantes

Por lo demás, hay que señalar que no todas las imposiciones morales son iguales. La prohibición del asesinato, de las violaciones, del robo, de las agresiones y otros delitos tipificados en el Código Penal son imposiciones morales justificadas en cualquier sociedad civilizada. Sin embargo, negar su dignidad humana y su derecho a la vida a los niños y niñas por nacer es una imposición moral perversa y monstruosa, el tipo de imposiciones morales que le gustan a una izquierda que abomina del humanismo cristiano y que considera que ciertos problemas se resuelven matando a inocentes, ya sea embarazos inesperados (con el aborto) o enfermedades que suponen un alto coste para la sanidad pública (con la eutanasia).

Obviamente, en una democracia no debería ser legítima cualquier imposición moral. Existen unos límites a lo que está legitimada a hacer un gobierno o un parlamento con el apoyo de una mayoría expresada en las urnas. Una mayoría no justifica leyes racistas, ni leyes que permitan el robo, el asesinato o la posesión de esclavos. Las leyes no pueden estar por encima de la dignidad humana. Las leyes no pueden autorizar que los derechos humanos sean lesionados.

Una mayoría no está legitimada a negar su humanidad a ciertos humanos

Ésa es la gran diferencia entre los provida y los proaborto. Los proaborto creen que una mayoría está legitimada para negar derechos humanos a ciertos seres humanos por estar en el vientre materno, y por ello aprueban leyes que permiten matar a seres humanos inocentes, leyes basadas en mentiras tales como que los niños y niñas por nacer no son seres humanos o incluso no son seres vivos, unas mentiras que los extremistas proaborto repiten como loros. Y digo extremistas porque, como ya dije al principio, lo más característico de un extremista es la justificación de la violencia, y el aborto es utilizar la violencia contra los más débiles e indefensos.

---

Foto: Hollie Santos / Unsplash.com.

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Comentarios:

  1. wladimir

    no es casualidad…

    que en la ultraizquierda estan justamente los que al mismo tiempo que acosan y agreden piden comprension,libertad y tolerancia asi como son los seras mas humanistas que hay…

    cuando la ultraizquierda y el social-comunismo y el Progresismo global son las tendencias politicas mas intolerantes que hay y al mismo tiempo piden comprension..y el resto que defiende los valores y la vida…son seres inhumanos e intolerantes..

  2. Jandro

    Excelente artículo, en el que coincido totalmente.

    Es destacable el acto de hipocresía infinita de llamar extremista al que se opone a la matanza de un ser humano en edad prenatal. Tremendo cómo han ido manipulando el lenguaje para cambiar el relato.

  3. Lunaa

    Un buen análisis y bien centrado en la realidad, Elentir. Me pregunto si puede llamarse «nación» al lugar en donde la actitud de los que gobiernan promueve que tantos no puedan nacer.

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.