Todas las comparecencias del Gobierno de Sánchez durante este estado de alarma se vienen caracterizando por el autobombo y por no asumir ningún error ni ninguna responsabilidad.
Más de 12.000 muertos, 130.000 contagiados... y ni una sola dimisión
Esa actitud de soberbia resulta aún más indignante si tenemos en cuenta la bronca política que montaron el PSOE, Podemos e IU -hoy en el Gobierno- ante un solo contagio de ébola en 2014, exigiendo responsabilidades políticas y culpando al Gobierno de Rajoy. Ahora ya llevamos en España más de 12.000 muertos y 130.000 contagiados y aquí no dimite nadie. La doble vara de medir es escandalosa y demuestra que tenemos un ejecutivo sin el más mínimo ápice de vergüenza ni la más mínima capacidad de autocrítica. Esta falta de modestia resulta peligrosa en cualquier gobierno: un político que es incapaz de reconocer sus errores es un déspota en potencia.
Unas respuestas propias de un adolescente tramposo
Hoy el ministro del Interior ha hecho una escandalosa exhibición de esa desvergüenza en la que se ha instalado este Gobierno. En una entrevista publicada por el diario El Correo, Fernando Grande-Marlaska afirma: "no tengo ninguna razón para arrepentirme de nada ni este Gobierno tiene ningún motivo para arrepentirse de nada". Es más: cuando le preguntan por la autocrítica que según él mismo hace el Gobierno, el ministro responde: "¿Genera algún tipo de satisfacción que yo reconozca algún error o haga alguna crítica? ¿Nos tenemos que regodear en un pequeño error, en una pequeña deficiencia o en una pequeña falta de coordinación?" Esta respuesta es la que uno se esperaría de un psicópata, y no de un ministro de un país democrático. ¿Qué clase de gente es ésta que nos está gobernando? Hay que decir que el ministro está toda la entrevista a la defensiva, haciendo contestaciones propias de un adolescente y recurriendo a la mentira repetidas veces sin ningún pudor. Veamos algunos ejemplos:
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Foto: Ministerio del Interior.
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Comentarios:
Luna
Este hombre miente siempre, hasta cuando está callado. No entiendo cómo le pudieron poner de ministro con la nula credibilidad que tenía ya en aquél momento. Ni los socialistas ni los podemitas les creen ya, y si alguno lo hiciera todavía, le basta escuchar estas declaraciones para que se le salte la venda de los ojos.
Usando estos 11 puntos y la muy buena refutación que has hecho podríamos tenerlo como endecálogo para la dimisión. Esto es vergonzoso y ya insultante.
19:08 | 5/04/20
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