¿Cordones sanitarios? Hay otra receta que el PSOE debería usar si quiere anular a Vox

Ayer se celebró la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia, con una victoria de Macron, seguido por Le Pen. Ambos irán a la segunda vuelta.

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El PSOE vuelve a pedir al PP que se una al cordón sanitario contra Vox

Como ya ha ocurrido otras veces, la izquierda, la ultraizquierda y el centro-derecha de Francia ya han anunciado que pedirán el apoyo para Macron, a fin de impedir que gane lo que llaman "extrema derecha". No entraré a analizar aquí la realidad política de Francia, sino sus efectos en España. Hoy, el gobierno socialista-comunista ha pedido al PP que se una a un cordón sanitario contra Vox, es decir, que rechace pactar con ese partido. O lo que es lo mismo, que compita en desventaja con el PSOE, que se alía incluso con los proetarras.

Una torpe receta izquierdista que ha puesto a Vox al borde del empate con el PSOE

Los cordones sanitarios es una monserga que viene repitiendo la izquierda desde el primer éxito electoral de Vox en las elecciones andaluzas de 2018. La manifestación más clara de esa receta fue la "alerta antifascista" lanzada por el comunista Pablo Iglesias en la misma noche de esas elecciones, que dio paso a una ola de violencia mafiosa contra Vox. Como prueba de la inutilidad de esa receta, en 2019 Vox consiguió 52 escaños y actualmente ya hay encuestas que le sitúan como segunda fuerza a menos de un punto del PSOE.

La receta que debería aplicar el PSOE si quiere anular a Vox

Así pues, los cordones sanitarios de la izquierda contra Vox han sido un claro ejemplo de tiro por la culata, en el que el autor del disparo consigue justamente el efecto contrario al deseado. No era algo imprevisible: en Francia llevan muchos años promoviendo cordones sanitarios contra el partido de Le Pen, y ahí está, aspirando a la presidencia. Está visto que la izquierda no aprende nunca de sus errores. Pero por una vez se lo voy a poner algo fácil, pues esos penosos y desesperados intentos de los socialistas por anular a sus rivales políticos empiezan a conseguir que hasta me den un poco de pena. Repasemos a continuación algunas cosas que debería hacer el PSOE si realmente quisiera anular a Vox:

• Aceptar a Vox como lo que es: un partido democrático más. Y es que Vox es un partido que defiende planteamientos democráticos por medios pacíficos. Incluso fue el autor de varios recursos al Tribunal Constitucional que dieron lugar a varias sentencias señalando que el PSOE violó derechos fundamentales. En términos de democracia y respeto por la Constitución, Vox le gana por goleada al PSOE. El que pierde credibilidad como partido democrático es el PSOE al pedir aislar a Vox.
• Dejad de alimentar la violencia contra Vox. El PSOE no ha sido ajeno a la ola de violencia desatada por la extrema izquierda contra Vox. Desde el PSOE no han condenado ni una sola agresión contra ese partido. Es más: el PSOE gobierna con Podemos, partido que ha justificado abiertamente agresiones contra Vox, sin que los socialistas hayan desautorizado eso. Lo que consiguen así el PSOE y Podemos es quedar como unos antidemócratas y que cada vez más gente simpatice con las víctimas de esas agresiones.
• Ofrecer mejores argumentos y soluciones que Vox. Parece una obviedad, pero a la vista de la actitud del PSOE, está claro que no lo es. En una democracia el juego político consiste en ofrecer mejores argumentos y soluciones que tus rivales. Si no tienes mejores argumentos y soluciones, pedir aislar a tu rival -que sí las tiene- te hace quedar como un tramposo, y al final acaba beneficiando a las víctimas de tus trampas, al quedar ante la sociedad como perjudicados por un evidente caso de juego sucio.
• Asumir que en una democracia tenemos derecho a discrepar de la izquierda. Sé que esto es lo más difícil de asumir para la izquierda, que lleva años llamando "fascista" o "facha" a todo el que no comulga con sus dogmas ideológicos. En una democracia hay el mismo derecho a ser socialista que a ser simpatizante de Vox. Mientras el PSOE no asuma esto, Vox se cargará de razones al afirmar que los cordones sanitarios que propone el PSOE son, en realidad, cordones antidemocráticos para erosionar el pluralismo político e ideológico en nuestra sociedad.
• Dejar de mentir sobre lo que dice y hace Vox. Otro punto de difícil cumplimiento para un partido como el PSOE, que ha hecho de la mentira su medio de vida. Cuando el PSOE lanza trolas como que Vox está contra las mujeres o contra los homosexuales, y luego queda en evidencia que era una burda mentira, al final el que queda mal es el PSOE, no Vox. Y hoy en día las mentiras tienen las patas más cortas que nunca, gracias a Internet.
• Dejar de pactar con proetarras. Un punto básico, pero que el PSOE parece no entender. Es incongruente pedir cordones sanitarios contra un partido al que pertenecen víctimas del terrorismo etarra como José Antonio Ortega Lara y Francisco José Alcaraz, y cuyo presidente -Santiago Abascal- se pasó muchos años escoltado al estar amenazado de muerte por ETA, y al mismo tiempo que el PSOE se dedique a pactar con los herederos de esa banda terrorista, con unos miserables que aún hoy siguen sin condenar los más de 800 asesinatos cometidos por ETA, incluso los de los niños. A los que debería poner un cordón sanitario el PSOE es a los proetarras, y no a Vox.
• Dejar de pactar con comunistas. Por el mismo motivo que el anterior punto. Queda bastante hipócrita pedir un cordón sanitario contra un partido democrático como Vox, mientras el PSOE se alía con totalitarios que apoyan a dictaduras como Cuba y Venezuela y que ensalzan a dictadores sanguinarios como Lenin. De igual forma, es una colosal hipocresía que el PSOE satanice a un partido democrático como Vox y a la vez los socialistas voten junto a sus aliados comunistas en contra de una condena de los crímenes del comunismo y del nazismo, como ocurrió el año pasado en el Congreso. Una condena que Vox sí apoyó.
• Dejar de pactar con separatistas. Otro tema que para el PSOE parece difícil de asumir. Uno de los caballos de batalla de Vox es la defensa de la unidad de España, y si Vox tiene éxito con esa defensa es, entre otros motivos, porque el PSOE lleva ya muchos años cediendo y pactando con los que llevan el odio a España por bandera, incluso con los que dieron un golpe separatista para suspender la vigencia de la Constitución en Cataluña. Parece un chiste de mal gusto que el PSOE presente a Vox como una amenaza para la democracia mientras los socialistas se alían con unos golpistas.
• Ofrecer un pacto de gobierno a Vox. Esto ya sería para nota. A algún socialista le podría dar un soponcio, pero si de verdad quiere anular a Vox, lo que debería hacer el PSOE es mostrarse dispuesto a aliarse con el partido de Abascal, aunque la respuesta de Vox sea -previsiblemente- unas sonoras carcajadas. Lo peor que puede presentar un partido conservador a sus votantes es que el PSOE lo vea con simpatía hasta el punto de estar dispuesto a aliarse con él. Aunque Vox rechazase ese pacto, el mero hecho de ofrecérselo haría dudar a muchos de qué ha hecho Vox tan mal como para recibir esa oferta. Pero tal como está la cosa, es más probable que se descubra un unicornio rosa a que el PSOE ofrezca un pacto así.

Una receta con la que el PSOE dejaría de ser el PSOE

Por supuesto, como algunos ya habrán deducido, un PSOE que hiciese todo eso dejaría de ser el PSOE tal como ha sido desde su fundación. Renunciar a las trampas y a las mentiras, aceptar como normal que alguien discrepe de sus dogmas, rehusar aliarse con totalitarios y separatistas y apostar por dar mejores argumentos en vez de insultos y sambenitos, es algo que supera por completo al PSOE. A algunos de sus cargos les explotaría la cabeza sólo de intentarlo.

Ésa es precisamente la ventaja de Vox: tener en frente a un partido tan rastrero, liberticida y tramposo como el PSOE. Eso es lo que convierte a Vox, a los ojos de muchos españoles, en una opción más capaz que el PP para hacer oposición, ya que Vox sí que está dispuesto a dar la batalla de las ideas contra el PSOE y renuncia por completo a pasar por su aro ideológico en todos los frentes.