El B-29 Superfortress fue un avión muy famoso por haber sido el que lanzó las dos bombas nucleares sobre Japón, iniciando la terrible era de las armas nucleares.
Sin embargo, este avión desarrolló otras misiones además de las de bombardeo. Un total de 118 de los 3.960 B-29 construidos fueron modificados para misiones de reconocimiento, siendo equipados con cámaras fotográficas y recibiendo la designación inicial de F-13, siendo denominados más tarde como RB-29. Uno de esos F-13, el 45-21847, fue modificado en 1947 y convertido en un laboratorio atmosférico volante, con el fin de desarrollar un sistema de guía de misiles nucleares basado que aprovechase la luz del sol (entonces no había GPS).
El 21 de julio de 1948, el 45-21847 hizo un vuelo que le llevó hasta una altura de 9.100 metros. Cuando regresaba, volando a baja altura (sólo 91 metros) sobre el lago Mead, en el estado de Colorado, la superficie del agua reflejó de tal modo la luz del sol que el piloto se despistó. El altímetro funcionaba mal, y el avión acabó chocando sobre la superficie del lago. El B-29 hizo algo parecido a una piedra lanzada con cierto ángulo contra el agua, dando varios botes. La colisión inicial arrancó tres de los motores del avión e incendió el cuarto.
Finalmente, el avión se detuvo sobre la superficie del agua y sus cinco tripulantes pudieron abandonarlo en dos balsas, a tiempo de ver como el avión se hundía. Afortunadamente, la única lesión que hubo que lamentar fue la fractura de un brazo de uno de los tripulantes. Tras ser rescatados, se prohibió a los tripulantes que contasen nada de lo ocurrido, a causa de la naturaleza especial de su misión, y el incidente se declaró como clasificado, por lo que no se supo nada de lo ocurrido durante 50 años. En 2001 el avión fue encontrado durante una inmersión de unos submarinistas. Hoy en día el avión forma parte del Registro Nacional de Lugares Históricos de Estados Unidos, pudiendo ser visitado con varias compañías de submarinistas de Las Vegas.
Podéis ver aquí un vídeo de este B-29 una inmersión de Scott's Scuba Service hecha hace un año:
Podéis ver aquí algunas capturas del vídeo a modo de adelanto. Aquí vemos la deriva del B-29:
La góndola de uno de los tres motores fue fueron arrancados a causa del impacto del B-29 contra la superficie del lago Mead:
Bajo estas líneas, el único motor que quedó en su sitio. Las palas de la hélice están dobladas, que es lo que ocurre cuando un avión colisiona con sus motores en marcha.
Una imagen de la característica cabina acristalada del B-29. Por el hueco aún se pueden ver algunos instrumentos del avión.
La parte frontal de la cabina quedó dañada a causa de la colisión contra el agua. El fuselaje quedó doblado sobre el fondo del lago.
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Comentarios:
wladimir
interesante…
8:10 | 12/11/22
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