Las mentiras de Sémper sobre Vox: ¿el PP ya prepara una 'sorpresa' a sus votantes?

Hay políticos que consideran que la mentira es un medio legítimo para conseguir votos, pero ¿y si ése no es el único fin que buscan?

Feijóo no contempla un posible pacto con Vox pero no descarta «pactar con el PSOE»
Cuca Gamarra, secretaria general del PP: «Me siento más lejos de Vox que del PSOE»

Las declaraciones de Borja Sémper sobre Vox en La Vanguardia

Ayer el diario La Vanguardia publicó una entrevista con el portavoz de campaña del Partido Popular para las próximas elecciones locales y autonómicas, Borja Sémper. En ella afirma que el PP es adversario de Vox "desde su fundación", y además resume así las diferencias entre ambos partidos: "La España del PP es mucho más grande que la de Vox. Nuestra manera de interpretar la libertad sexual es diferente, mucho más amplia, la igualdad entre hombres y mujeres; en la economía, Vox es autárquico; el papel de España en el mundo. Oigo delirios hablando de Soros, casi de conspiraciones judeomasónicas globales".

Desconozco a qué se refiere Sémper cuando dice que su partido interpreta de forma diferente la libertad sexual: ¿tal vez porque el PP ha asumido la ideología de género y las tesis abortistas de la izquierda, y por tanto sus aberrantes conceptos sobre la sexualidad y sus consecuencias? Invocar la igualdad entre hombres y mujeres es una suma torpeza teniendo en cuenta que el PP votó a favor de la Ley de Violencia de Género, que liquidó la igualdad ante la ley, estableciendo penas diferentes para ciertos delitos en función del sexo.

Las mentiras del dirigente del PP: ¿todo vale para conseguir votos?

Por lo de más, decir que Vox es "autárquico" es mentir. Vox nunca ha propuesto la autarquía en el plano económico. Lo puede comprobar cualquiera leyendo su programa económico (ver PDF), que dicho sea de paso es más liberal que el PP, partido que en gran medida ha asumido las tesis socialdemócratas del PSOE (recordemos, sin ir más lejos, las subidas masivas de impuestos durante el gobierno de Rajoy).

Como debe ser que no le bastaba meterse en el terreno de las mentiras, Sémper ya se adentra en el de la difamación al acusar a Vox de hablar de hablar de "conspiraciones judeomasónicas globales", dando a entender que Vox es un partido antisemita. Para desgracia de Sémper, lo que viene diciendo Vox está al alcance de todo el mundo: Vox no ha hecho nunca ninguna declaración ni remotamente antijudía, al contrario: ha denunciado abiertamente el antisemitismo desde la tribunal del Congreso, ha mostrado su afecto a la comunidad judía (algo que, como católico, aplaudo efusivamente, pues son nuestros hermanos mayores en la fe, como los definió San Juan Pablo II) y ha apoyado al Estado de Israel contra el terrorismo de Hamás (algo que, como amigo de Israel, aplaudo igualmente), y por esos motivos ha recibido ataques e insultos de grupos antisemitas (lo cual, dicho sea de paso, es un honor para Vox).

¿Esas mentiras tienen algún propósito además de conseguir votos?

Como suele ocurrir ante mentiras tan burdas, lo único que Sémper consigue mintiendo así es descalificarse a sí mismo y demostrar la desesperación de su partido. Personalmente, me negaría a apoyar a un partido político que mintiese de esa forma, aunque su programa electoral me pareciese impecable. Un político que miente es una persona que que cree que el engaño es aceptable para hacerse con el poder, y en el caso del PP ya hemos tenido demasiadas demostraciones de esa forma de entender la política. Al final, recurrir a la mentira como lo hizo ayer Sémper es algo que retrata al PP como un partido detestable.

La pregunta lógica ante las mentiras lanzadas ayer por Sémper sería la siguiente: ¿cuántos más engaños está dispuesto a cometer el PP para alcanzar el poder y mantenerse en él? En mayo tenemos elecciones locales y autonómicas, y a finales de año habrá elecciones generales. Lo más suave que podríamos hacer con las mentiras de Sémper es interpretarlas como una forma tan fácil como rastrera de conseguir votos, pero ¿y si ése no es su único propósito?

¿Está el PP blanqueando de antemano un pacto postelectoral con el PSOE?

Al margen de que mentir así pueda reportarle algunos votos al PP -siempre habrá gente dispuesta a dejarse engañar, y en Génova 13 lo saben-, lo que cabe preguntarse es si esas mentiras sirven para cimentar un pacto postelectoral. No hay que ser adivino ni un mal pensado para imaginar cómo sería ese posible pacto. Recordemos que a finales de enero, Feijóo no contempló un posible pacto con Vox pero no descartó "pactar con el PSOE". Unos días después, la secretaria general del PP Cuca Gamarra dijo que se siente "más lejos de Vox que del PSOE".

Costaba imaginar con qué finalidad el PP se arriesga a perder votantes admitiendo que pactar con el PSOE está entre sus planes. Leyendo las mentiras de Sémper ya no hay que hacer un gran esfuerzo de imaginación: ¿el PP está demonizando a Vox para que sus votantes acepten mejor un pacto postelectoral con el PSOE? Ese pacto podría ser al estilo de Merkel (es decir, un pacto de gobierno) o lo que apuntan las reiteradas declaraciones de dirigentes del PP: un pacto para dejar que gobierne el más votado, aunque eso signifique que Sánchez siga en La Moncloa. Sería una "sorpresa" difícil de tragar para muchos votantes del PP, y una forma de hacerla más digerible sería presentarla como un intento de evitar que esos "malvados" de Vox tengan la llave de a gobernabilidad.

La coalición que populares y socialistas ya forman en Bruselas

Si alguien considera que todo esto es exagerado, sólo tiene que recordar que populares y socialistas ya tienen una coalición montada en Bruselas, coalición que fue reconocida por Esteban González Pons (PP) en 2019, antes de las últimas elecciones europeas. Dos años después, el PP pactó con el PSOE repartirse el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y el Defensor del Pueblo. Se dicen rivales pero no es más que un paripé del PP para seguir captando votos de derechas y usarlos para mantener las leyes ideológicas de la izquierda, como hizo Rajoy cuando tuvo una mayoría absoluta que le permitía derogarlas.

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Foto: Partido Popular.