Pedro Sánchez retrata a su gobierno al formular una definición del franquismo

El gobierno de coalición formado por socialistas y comunistas ya ha iniciado su plan para tapar sus escándalos de corrupción política.

Pedro Sánchez dijo que imitaría a un líder socialista que encabezó un golpe de Estado
El PSOE denuncia el «negacionismo de las dictaduras» mientras apoya a varias de ellas

Utiliza fondos públicos para tapar sus escándalos de corrupción

Ayer, Pedro Sánchez fue el gran protagonista del primero de los cien actos oficiales que ha programado para celebrar el 50º aniversario de la muerte de Francisco Franco. Un descarado intento de tapar los casos de corrupción que afectan a su esposa, su hermano, su partido y su gobierno, recurriendo a su comodín favorito -Franco- para distraer la atención cuando le salen las cosas mal.

Paradójicamente, este primer acto oficial fue un claro ejemplo de corrupción política, concretamente del uso de recursos públicos para fines partidistas, ya que Sánchez lo convirtió en un mitin del PSOE, con críticas a lo que él calificó como "internacional ultraderechista". Ningún gobernante tiene derecho a utilizar un acto oficial con fines partidistas, pero Sánchez lo viene haciendo de forma sistemática. Incluso ha sido multado por el Tribunal Supremo por hacer eso, pero lo sigue haciendo, demostrando que se cree por encima de la ley.

A la espera de que la oposición política y la sociedad civil lleven a los tribunales este nuevo caso de malversación de fondos públicos (un delito que el propio gobierno de Sánchez rebajó para beneficiar a sus aliados separatistas a cambio de su apoyo, en otro ejemplo más de corrupción política), hay dos cosas que me gustaría comentar sobre el mitin socialista organizado ayer por el gobierno con el dinero de todos.

Sánchez retrata a su gobierno al formular una definición del franquismo

Lo primero es que, en su discurso, Sánchez afirmó que "en 1970, España estaba gobernada por una minoría autoritaria y represora que usaba el miedo y el poder para imponer sus intereses y sus valores al resto de la sociedad". Sánchez pretendía hacer una definición del franquismo en 1970 y acabó haciendo un retrato de su gobierno en 2025, ya que eso es precisamente lo que tenemos ahora mismo en el poder en España: una minoría autoritaria y represora (recordemos que el gobierno ordenó una dura carga policial en 2023 contra una manifestación pacífica ante la sede nacional del PSOE) y que usa el miedo y el poder para imponer sus intereses y sus valores al resto de la sociedad.

El socialismo en España: adoctrinamiento, autoritarismo y ataques a derechos fundamentales

Desde hace muchos años, los socialistas vienen utilizando todos los medios posibles en España para imponer su odiosa ideología a todos los españoles, utilizando para ello incluso las escuelas, mediante prácticas de adoctrinamiento que son propias de una dictadura, atacando el derecho constitucional a la libertad de educación, un ataque que tuvo como respuesta masivas protestas en toda España.

La actitud autoritaria y represora de Sánchez quedó patente cuando nos encerró a todos los españoles en nuestros hogares violando la Constitución durante la pandemia de 2020, como el Tribunal Constitucional dejó de manifiesto en tres sentencias en las que señaló que el gobierno de Sánchez violó derechos fundamentales como el derecho de circulación y el derecho de reunión, recurriendo a un mecanismo jurídico, el estado de alarma, que no le permitía hacer eso. En España no ocurría eso precisamente desde la dictadura franquista.

Sánchez es un ejemplo del riesgo que tenemos de acabar en una dictadura

En segundo lugar, Sánchez afirmó que "si la historia nos enseña algo es que la libertad nunca se conquista de forma permanente", sino que "es algo que se puede perder". Sobre la dictadura, el dirigente socialista añadió: "Por tanto, puede volver a ocurrir". Debo confesaros que estoy plenamente de acuerdo con esta advertencia. De hecho, el gobierno Sánchez es el más claro ejemplo de hasta qué punto España puede acabar perdiendo su Estado de Derecho y convirtiéndose en un régimen autoritario, con un gobierno que se dedica a atacar la independencia judicial y a los medios críticos, en un intento de amedrentar a quienes investigan los casos de corrupción socialistas.

Un gobierno que está atacando las bases mismas de la democracia

El caso de la amnistía otorgada por Sánchez a sus aliados separatistas a cambio de su apoyo es un ejemplo de hasta qué punto este gobierno está atacando las bases mismas de la democracia, que incluyen la igualdad ante la ley y la separación de poderes. Un ataque perpetrado para otorgar impunidad al gobierno y a sus socios, en una forma de ejercer el poder que es propia de quienes buscan instaurar una dictadura. No debemos olvidar que ya tenemos un precedente en otro país hispano: en Venezuela, los socialistas convirtieron una democracia en una dictadura con pasos muy parecidos a los que Sánchez viene dando en España, especialmente su ataque a la independencia judicial, que es un calco del que hizo Hugo Chávez.

Quiero recordar que 194 instituciones denunciaron esa ley inconstitucional de amnistía, incluyendo 11 gobiernos autonómicos, 26 entidades del ámbito judicial -entre ellas el Tribunal Supremo, los 17 Tribunales Superiores de Justicia y las 4 mayores asociaciones de jueces-, todas las asociaciones de fiscales, 51 entidades de abogados, letrados y procuradores, 28 asociaciones de funcionarios, 39 entidades empresariales, profesionales y de comercio y 22 medios de comunicación. Ninguna ley en España ha tenido un rechazo tan amplio en todos los años que llevamos de democracia. Es el colmo del cinismo que el mismo gobierno que perpetró esa ley ahora venga a presentarse como el paladín de nuestra democracia.

Cabe recordar que el Consejo General del Poder Judicial publicó una dura nota de rechazo contra esa ley en la que alertó de que "la democracia, las libertades fundamentales y el Estado de derecho puedan estar en peligro". Ese peligro viene del gobierno de Sánchez, que se ha dedicado a destrozar nuestro Estado de Derecho con el fin de aferrarse al poder a cualquier precio, mientras lleva a cabo un proceso con el que los socialistas han ido colonizando todas las instituciones públicas como si nuestro país fuese su finca particular.

Sánchez dijo que quería actuar como un histórico socialista que defendía una dictadura

Si los españoles queremos conservar nuestra democracia, lo mejor que podemos hacer es echar del poder a un autócrata que está destrozando nuestro Estado de Derecho, que tiene como grandes aliados a toda clase de dictaduras y que el año pasado rechazó exigir al dictador Maduro el fin de la represión en Venezuela, simplemente porque ese país tiene una dictadura socialista. Es precisamente el tipo de dictadura que defendió Francisco Largo Caballero, presidente del PSOE entre octubre de 1932 y diciembre de 1935, y sobre el que en 2021 Sánchez dijo que "actuó como queremos actuar nosotros". Ésa es la verdadera idea que tiene Sánchez sobre las dictaduras.

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Foto: La Moncloa.